20 noviembre, 2005

CHILE AÑOS 70 Y 80: EL SANTO SEPULCRO DE LA SERIE B



Chile: Década de los 70 y 80. Junto a las grandes producciones de Hollywood que llegan a la cartelera, una serie de cintas de bajo presupuesto se cuelan impunemente por los cines de barrio o de rotativos del centro, provocando el éxtasis en los mayores de edad que pueden doblar la mano a la temida censura, o en aquellos escolares que logran coimear al acomodador de turno, mientras gozan su cimarra una calurosa tarde de verano.

Vampiros, enfermeras eróticas, monstruos góticos, anticristos, astronautas de cartón piedra, sicópatas y caníbales sedientos de sangre, son algunos de los personajes que deambularon por nuestros cines durante esas décadas, de la mano de distribuidoras como Fénix Films, Cines Sur, Royal Film, Rocket Films, Ossa cinematográfica, Tauro Films, entre otras, abriéndose paso ante los férreos censores que -en la mayoría de los casos- mutilaron con sus nefastas tijeras estas verdaderas obras maestras del cine de cuarta categoría.


En este modesto ejercicio de memoria emotiva, y teniendo en cuenta que la nostalgia aminora la capacidad crítica, los invito a bucear por los oscuros rincones de aquellas salas hoy convertidas en restoranes, centros comerciales o templos evangélicos, para recordar aquellos títulos que
generaron o de-generaron nuestro amor por el séptimo arte.

Comencemos: Mediados de los 70`s: el éxito comercial de Star Wars, se extiende por todo el planeta,. En nuestro país se exhibe con gran éxito en el Cinerama Santa Lucia en una copia en 70 MM y sonido Estereofónico. Años más tarde, este filón comercial será aprovechado por el cine italiano para estrenar algunos filmes sospechosamente parecidos a la obra de Lucas. Como olvidar El Humanoide (1979), con el inefable Arthur Kennedy y Richard Kiel, (más conocido por ser Mandíbulas, unos de los villanos de la saga de James Bond). La historia es simple: en el planeta Metrópolis, un perverso doctor posee la fórmula para convertir a las personas en perfectos soldados, el único que lo puede detener es “El Humanoide”. Hay que ser sinceros, la película es malísima, pero juegan a su favor un par de cosas destacables: Una, su banda sonora, compuesta por el maestro Ennio Morricone y dos, su afiche de promoción, absolutamente delirante y que se destacaba en una de las vitrinas del cine Cervantes a comienzos de los 80`s: ”Millones de años más allá del mañana... Llegó de otro planeta a defender la tierra... Es del siglo 31 y está preparado para pelear”.

Pero esto es sólo la punta del Iceberg, pues la avalancha de películas de ciencia ficción en nuestra cartelera, suma y sigue: Contacto con el cosmos; La Guerra de los Planetas (Cosmos); Saturno 3; El abismo Negro; Fuga en el Siglo 23. Mención aparte merece la saga televisiva Galáctica, que sí fue estrenada en las salas nacionales con tres largometrajes: Astronave de Combate; Conquista de la Tierra, y Misión Galáctica: El Ataque Final. Todas en el Santa Lucía con sonido sensurround y para todo espectador. La entrada general costaba 150 pesos.

Y si Star Wars inspiró a copiadores profesionales del espacio exterior, Tiburón de Steven Spielberg (1975) fue la cinta que instauró la moda del género de alimañas o bichos raros que se revelaban contra la raza humana. Dentro de esta galería de mascotas que deambularon por las salas chilenas destacamos a Piraña, (1978), una entretenida cinta de peces carnívoros de Joe Dante (Gremlins); seguida por Piraña II, los asesinos voladores, (1982) de James Cameron (sí, el mismo de Terminator y Titanic); La Plaga Asesina, (1976) en donde Guarenes Gigantes se devoraban un poblado de EEUU; El Imperio de Las Hormigas, (1977) Basada en la novela de H.G Wells; La Invasión de las Arañas, (1977) protagonizada por William Shatner, (el famoso Capitan Kirk de Viaje a las Estrellas), en donde se relataban las misteriosas muertes de animales en una zona rural, producto del ataque de cientos de tarántulas asesinas.
Los reptiles también dieron que hablar: El cine Continental estrena El Cocodrilo Mortal, (1980) : Un bicho de 9 toneladas y 12 metros de largo recorre las alcantarillas de Florida devorando a cuanto incauto se le cruce por delante. Su momento antológico: cuando la bestia se esconde al interior de una piscina, en el momento que unos niños celebran un cumpleaños. Adivinen cómo termina el festejado... El éxito de este filme generó una serie de copias, italianas obviamente, absolutamente olvidables.

Y si de Italianos se trata, no podemos dejar de mencionar una obra maestra del descaro cinematográfico: L' Ultimo squalo, (1981), más conocida como el Último Tiburón, de Enzo Castellari, Una copia literal de la película de Spielberg. Fue tanto el parecido con la cinta del Rey Midas de Hollywood, que Universal Pictures recurrió a los Tribunales para prohibir su exhibición en EEUU. Y lo logro. Por otra parte, en países más chicos como Chile, se transformó en un inesperado éxito de taquilla llevando a más de 105.000 espectadores, generando colas y aglomeraciones en Santiago. Más atrás le sigue Tintorera, (1976) otra de escualos dirigida por el maestro del cine de explotación Mexicano, René Cardona Jr y protagonizada por Andrés García, un asiduo de telenovelas del país azteca.

Este género de alimañas, generó una avalancha de títulos voluminosa y variada, que incluyó un San Bernardo asesino en
Cujo, (1983) de Stephen King; una Orca que busca venganza, (Orca, 1977) ;tarántulas radioactivas, (Giant Spider Invasión, 1975); la invasión de conejos gigantes, (Night of the Lepus, 1972) y el ataque de miles de mandriles hambrientos en A la Sombra del Kilimanjaro (1986), entre muchas otras criaturas. Próximamente, un repaso con lo mejor del cine erótico italiano, estrenado en nuestras pantallas y otras cosillas por el estilo.

Alfred de Marnac